REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA

Elementos traza en peces comerciales de Argentina

Llamazares Vegh, S1 ; Avigliano, E1 ; Thompson, GA1 ; Volpedo, AV1,2,3

1 CONICET. Universidad de Buenos Aires. UE Investigaciones en Producción Animal (INPA), Buenos Aires, Argentina.
2 Universidad de Buenos Aires. Facultad de Ciencias Veterinarias, Buenos Aires, Argentina.
3 Universidad de Buenos Aires. Centro de Estudios Transdisciplinarios del Agua (CETA), Buenos Aires, Argentina

Recibido: 15/07/2021
Aceptado: 12/10/2021

Correspondencia e-mail: Alejandra V. Volpedo avolpedo@fvet.uba.ar


Resumen

Argentina es un país productor de alimentos estratégico a nivel mundial. Entre los alimentos producidos se destaca la proteína animal proveniente de la pesca y de la producción acuícola. En 2019 se capturaron aproximadamente más de 463.000 toneladas (t) de peces marinos, 30.000 t de peces dulceacuícolas y se produjeron 3.000 t por acuicultura. El 90 % de todos estos productos se exporta. Los elementos traza presentes en los productos pesqueros pueden propiciar pérdidas económicas importantes debido al rechazo de dichos productos en los mercados externos e internos, así como también un potencial impacto sanitario en el caso que su consumo sea superior a los valores propuestos en el Código Alimentario Argentino y las normativas internacionales. Sin embargo, en Argentina son limitados los estudios sobre este tema. El presente artículo presenta una revisión de los estudios relacionados con la presencia de elementos traza regulados por el CAA (e.g. As, Cd, Cr, Cu, Hg, Pb y Zn) en músculo de las principales especies de peces comerciales de pesca de captura marino-costera y dulceacuícolas de Argentina. A su vez, se resumen los principales resultados de elementos traza en agua y sedimentos en los últimos 20 años de las regiones que concentran la pesca de captura. Se identifican los vacíos de información existentes y se discuten y proponen diferentes líneas científico-técnicas a seguir con el fin de contribuir con las autoridades competentes en la toma de decisiones.

Palabras clave: elementos traza, pesca, riesgo de consumo.

Trace elements in commercial fish from Argentina

Summary

Argentina is a strategic food-producing country worldwide. Among the foods produced, animal protein from fishing and aquaculture production stands out. In 2019 approximately more than 463,000 tonnes (t) of marine fish were caught, 30,000 t of freshwater fish, and 3,000 t were produced by aquaculture; and around 90% of all these products are exported. The trace elements present in fishery products can lead to significant economic losses due to the rejection of these products in external and internal markets and a potential health impact if their consumption is higher than the values proposed in the Argentine Food Code, and international regulations. However, in Argentina, studies on this subject are limited. This article presents a review of the studies related to the presence of trace elements regulated by the CAA (eg As, Cd, Cr, Cu, Hg, Pb and Zn) in muscle of the main species of coastal-marine and freshwater commercial fish of capture fisheries from Argentina. Also, the main results of trace elements in water and sediments in the last 20 years of the regions that concentrate capture fisheries are summarized. Existing information gaps are identified and different scientific-technical lines to be followed are discussed and proposed in order to contribute to the competent authorities in decision-making.

Key words:trace elements, fishery, risk consumption.


Introducción

Argentina es un país productor de alimentos estratégico a nivel mundial. Entre los alimentos producidos se destaca la proteína animal proveniente de la pesca y de la producción acuícola30. En 2019 se capturaron aproximadamente más de 463.000 toneladas (t) de peces marinos, 30.000 t de peces dulceacuícolas y se produjeron 3.000 t por acuicultura55,56. Las especies comerciales marino-costeras más importantes acorde a los volúmenes de captura son la corvina rubia (Micropogonias furnieri), la pescadilla (Cynoscion guatucupa) y el pez palo (Percophis brasiliensis) 58 y las dulceacuícolas son el sábalo (Prochilodus lineatus), la boga (Megaleporinus obtusidens), la tararira (Hoplias spp.) y el pejerrey (Odontesthes spp.)59. En general, el 90 % de todos estos productos se exporta a diferentes países entre los que se destacan China, Estados Unidos, Colombia y Brasil. Para el año 2019, las especies marinas representaron el 95 % de las exportaciones, mientras que el 5 % fueron especies dulceacuícolas57.
A diferencia de la tendencia observada a nivel mundial30, en Argentina la pesca de captura concentra la mayor producción del sector destinada al consumo humano directo, tanto la pesca marina como la dulceacuícola, lo cual presenta grandes desafíos en términos de sustentabilidad y calidad de los productos pesqueros. En las últimas décadas, el ordenamiento pesquero presenta una visión integral (ecosistémica) de las pesquerías, que incluye las especies de interés, el ambiente donde se las captura, el contexto socioeconómico de la actividad y la sustentabilidad de la pesquería; tomando en consideración el conocimiento científico-técnico necesario para hacer frente a las incertidumbres de los componentes bióticos, abióticos, humanos y sus interacciones28. Una producción pesquera sustentable no sólo depende de la comprensión de aspectos bioecológicos de la población de peces blanco, sino también de la calidad de los mismos para consumo humano. Por tanto, es necesario evaluar el grado de inocuidad de las diferentes poblaciones de peces que están siendo explotadas para garantizar un consumo seguro por parte de la población95. En este contexto, surge la necesidad de establecer de manera integral la calidad del ecosistema donde las especies de interés comercial se desarrollan además de la aptitud de los peces como alimento humano.
Los contaminantes presentes en la columna de agua y/o sedimentos y en el alimento, ingresan al cuerpo de los peces a través de diferentes rutas: branquias, piel y tracto digestivo3 . En los sistemas productivos acuícolas es posible controlar la exposición a contaminantes a través del monitoreo de la calidad del agua y del alimento suministrado. Sin embargo, en los sistemas naturales existen múltiples fuentes de contaminantes por lo cual detectar dichas fuentes y mitigar sus efectos, genera grandes desafíos para la gestión ambiental. Un ejemplo de esto son los “metales pesados” (Cr, Cd, y Pb, entre otros) que pueden acumularse produciendo un incremento en la concentración en los tejidos de los peces, perjudicando la calidad del producto y trayendo consecuencias para la salud humana en el caso de su consumo. Por lo general, el término “metales pesados” se usa para denominar a un grupo de elementos (metales, metaloides y no metales) que han sido asociados con contaminación o potencial toxicidad o eco-toxicidad. Se los considera elementos traza ya que se encuentran en baja concentración (inferior a 0.1 %) en algunas matrices ambientales (e.g., sedimentos, agua)26. Los elementos traza suelen ser agrupados en “no esenciales” (e.g. Ag, Al, As, Cd, Hg, Pb, Sr, y U) y “esenciales” (e.g. Co, Cr, Cu, Fe, Ni, Se, y Zn)96. Este último grupo es requerido por plantas y/o animales para su ciclo vital. Sin embargo, pasado cierto umbral de concentración ambos grupos de elementos traza pueden volverse tóxicos para los seres vivos96. En particular, elementos como el As, Co, Cr, Cu, Mb, Mn, Ni, Se y Zn, pueden resultar muy tóxicos, ya que no son biodegradables y se ha evidenciado su acumulación en los organismos vivos16. En este sentido, su biodisponibilidad (capacidad para atravesar libremente la membrana celular de un organismo desde el medio) está relacionada de manera directa a su toxicidad potencial32.
La concentración natural de los elementos traza en ecosistemas acuáticos está asociada a su distribución, su movilización y transporte en el ambiente. Las actividades humanas, tanto industriales como urbanas, así como las prácticas agrícolas, pueden incrementar la carga de elementos traza en los ecosistemas acuáticos o alterar sus ciclos naturales al producir concentraciones elevadas en alguna matriz (e.g. agua, sedimento) en particular85. La mayoría de los elementos traza liberados al ambiente llegan a los sistemas acuáticos a través de descargas directas, precipitación húmeda o seca y erosión. Los sedimentos pueden incorporar y acumular los elementos traza que llegan al ambiente acuático. Los cambios en las condiciones físico-químicas del ambiente pueden removilizar y liberar estos elementos desde los sedimentos a la columna de agua quedando biodisponibles para los organismos acuáticos41 y llegar al hombre lo cual implica un impacto en la salud50.
Los elementos traza presentes en los productos pesqueros pueden propiciar pérdidas económicas importantes debido al rechazo de dichos productos en los mercados externos e internos, así como también producir un potencial impacto sanitario en el caso que estén en el producto de la pesca en concentraciones superiores a los valores propuestos en el Código Alimentario Argentino (CAA)22 y las normativas internacionales (EC, FAO, MERCOSUR/GMC, USFDA, WHO). El objetivo principal de este trabajo es presentar los resultados más relevantes de los elementos regulados por el CAA (e.g. As, Cd, Cr, Cu, Hg, Pb y Zn) en músculo de las principales especies de peces comerciales de pesca de captura marino-costera (corvina blanca, pescadilla y pez palo) y dulceacuícolas (sábalo, boga, tararira y pejerrey) de Argentina. A su vez, se resumen los principales resultados de elementos traza en agua y sedimentos en los últimos 20 años de las regiones que concentran la pesca de captura, y se identifican los vacíos de información existentes a fin de proponer líneas científico-técnicas en la temática a desarrollarse.

ELEMENTOS TRAZA EN LAS PRINCIPALES REGIONES PESQUERAS EN ARGENTINA

Las especies comerciales analizadas en esta revisión se distribuyen heterogéneamente en los sistemas naturales del territorio argentino y el esfuerzo de captura de las mismas se concentra en las lagunas de la región Pampeana, en la Cuenca del Plata (río Paraná, río Uruguay, Río de la Plata) y la costa atlántica bonaerense (Figura 1).
En las últimas décadas se ha observado un marcado deterioro de la calidad ambiental de los sistemas acuáticos, asociado con los cambios en el uso de la tierra y el desarrollo alcanzado en las distintas regiones del país por las actividades humanas15,17. El impacto de la actividad antrópica en los sistemas acuáticos varía dependiendo del sistema que se analice. Por ejemplo, en el Bajo Paraná, se encuentran altos niveles de metales y pesticidas, en su mayoría transportados por afluentes de la cuenca alta que atraviesan áreas urbanas e industrializadas, así como extensas tierras agrícolas de la llanura de inundación23,77. A su vez, las prácticas de producción intensiva y los cambios en el uso de la tierra del Paraná Medio (e.g. a la sustitución de los bosques nativos por agricultura) están asociados con el ingreso por escorrentía de contaminantes inorgánicos y orgánicos a los cuerpos de agua6,10,14,70. Sin embargo, la presencia de ciertos elementos traza en el agua (e.g. Fe, Zn y As) pueden tener un origen natural en la región sudamericana, siendo el As uno de los elementos tóxicos de mayor preocupación para la salud en la zona78,83,84.
La calidad y parámetros físico-químicos del ecosistema acuático donde los peces se desarrollan impactan directamente en el crecimiento y la viabilidad de sus poblaciones, en particular, altas concentraciones de metales (esenciales y no esenciales) pueden retrasar el desarrollo y disminuir la supervivencia de los peces71. En los últimos años varios estudios han reportado en ambientes naturales la presencia elementos traza en agua y sedimentos a fin de comparar estos valores con los niveles guías para la protección de la vida acuática propuestos por diversos organismos de gestión (Tabla 1). Así mismo estos autores han evaluado la distribución de estos elementos en diferentes tejidos de peces, incluido el músculo a fin de evaluar el riesgo para la salud humana asociado con el consumo del mismo.
Si bien los niveles de elementos traza reportados en aguas superficiales por los distintos autores están por debajo de los niveles máximos recomendados establecidos para protección de la vida acuática en Argentina (Tabla 2), en distintas regiones donde se realiza pesca de captura, se detectaron niveles superiores. Por ejemplo, los niveles de Cu, Cd, Pb, Ag, y As reportados en aguas de las lagunas y ríos de la región Pampeana81,82; y las concentraciones de Al, Cu, Cr, Ni, Pb y Zn reportados en el embalse de río Tercero y San Roque de la provincia de Córdoba35,39,65.


Figura 1:Regiones de mayor captura de las especies comerciales en Argentina.





Otro ejemplo son los niveles de Cd, Cu, Fe y Zn en el Delta del Río Paraná y el Estuario del Río de la Plata6,7,51. Por otra parte los niveles medios de As, B, Cd, Cr, Cu, Fe, Ni, y Pb en agua del río Uruguay6 estuvieron por debajo de los niveles máximos recomendados (Tabla 2).
En la costa atlántica bonaerense descargan algunos cuerpos de agua dulce que atraviesan zonas urbanas y áreas de producción agropecuaria, así también como canales, siendo el principal aporte la descarga del Río de la Plata. Estos sistemas lóticos aportan nutrientes y metales pesados a la zona costera tanto en épocas de aguas altas como de aguas bajas19,82. Se han detectado valores elevados de Cu, Pb y Zn en agua marina costera33,87. Los estudios de la presencia de elementos traza en peces marinos costeros bonaerenses están focalizados en: la zona norte de la provincia de Buenos Aires6,88, Quequén91 y el estuario de Bahía Blanca46,47,60.

ELEMENTOS TRAZAEN LOS PRINCIPALES PECES DE INTERÉS COMERCIAL

Especies dulceacuícolas

El sábalo (P. lineatus) es la especie de agua dulce comercial más importante de América del Sur y constituye la principal especie objetivo en las pesquerías de la Cuenca del Plata86. Siendo la especie predominante en las capturas de la baja Cuenca del Plata y en especial en el Río Paraná (tramo Medio e Inferior). Esta especie es migradora y su ciclo reproductivo está regulado por el caudal hidrométrico de los grandes ríos de la Cuenca del Plata1 . Se alimenta de detritos y estudios recientes han determinado sus áreas de cría y sus stocks pesqueros8,52,54.
En los últimos 20 años varios estudios (Tabla 3) han determinado la presencia de elementos traza en el músculo de sábalos capturados en distintas zonas de pesca. En general, los resultados obtenidos por estos autores mostraron que el As, Cd, Hg, y Pb presentes en el sábalo se encuentran en niveles inferiores a los límites máximos establecidos por el Código Alimentario Argentino22 (CAA). Sin embargo, existen reportes de Pb en el músculo de sábalos capturados en la provincia de Buenos Aires que superaron los valores permisibles de consumo83. En cuanto al riesgo de exposición a metales pesados por consumo de filete de sábalos provenientes del río Paraná y Estuario del Río de la Plata por parte de la población en general sería muy bajo (0,1˂ THQ)7,93,95.
En el caso del O. bonariensis que es una especie nadadora plantófaga que usa la columna de agua para alimentarse, los valores de As, Cd, Cu, Hg, Pb y Zn reportados fueron inferiores a los máximos recomendados por el CAA en el río Paraná y en el estuario del Río de la Plata11,12. Por otra parte, en la provincia de Córdoba se registraron valores de As34,38,39,65 y Pb34 superiores a los establecidos por el CAA.
Las tarariras (Hoplias spp.) son peces ictiófagos depredadores con un amplio rango de distribución75 que habitan generalmente ambientes lénticos (raramente lóticos), vegetados y de profundidad variada, tanto sujetos a estrés hídrico como permanentes, tolerando cambios de salinidad y de oxígeno74. En Argentina, las tarariras se encuentran presentes en el Paraná bajo y medio, bajo Uruguay y ríos y arroyos pampeanos y son capturadas con propósitos comerciales y recreativos27. En el año 2019, se extrajeron más de 1.500 t de tararira (Hoplias spp.) en la baja cuenca del Plata, de las cuales 517 t se comercializaron en el mercado interno59 y 1.008 t se destinaron a la exportación55. El único estudio de elementos traza encontrado para el género mostraron variaciones estacionales en las concentraciones de As y Hg, (embalse de Río Tercero34). Estos autores reportaron que la exposición a As y Hg representa un riesgo para la salud de los residentes locales que consumen pescado con una frecuencia de consumo de dos veces por semana durante toda la vida.
Por último, la boga (Megaleporinus obtusidens) es un pez migrador de importancia económica y deportiva que se distribuye en ambientes lénticos y lóticos de áreas templadas y subtropicales de América del Sur18,69,73. La boga tiene una dieta omnívora, con prevalencia de plantas acuáticas y terrestres40,42. Sin embargo, a pesar de su importancia económica y ecológica, no se hallaron estudios sobre la presencia de elementos traza en peces adultos de esta especie en Argentina, existiendo solo un reporte para juveniles51.

Especies marino costeras bonaerenses

La corvina rubia (M. furnieri) es la especie marino-costera comercial más importante de Argentina y Uruguay58, 25, predominando en las capturas desembarcadas en el Puerto de Mar del Plata, Quequén y Lavalle58. Es una especie frecuentadora de fondo que se alimenta principalmente de invertebrados bentónicos64,80. En la costa bonaerense se identificaron diferentes stocks pesqueros 4,72,94,95.


Tabla 1:Estudios de elementos traza en peces y/o matrices ambientales en las regiones de pesca en territorio argentino entre 2001-2021.






Tabla 2:Niveles Guía de Calidad de agua y sedimento para Protección de Vida Acuática Nacionales (Ley 24.051) e Internacionales (CCME, USEPA y OMEW).





En los últimos 20 años, varios estudios24,63,91 han determinado la presencia de elementos traza en el músculo de corvina capturada en la costa bonaerense (Tabla 4). Los resultados obtenidos por estos autores mostraron la presencia de Cu, Cd, Hg, y Zn en el músculo de la corvina rubia en niveles inferiores a los límites máximos establecidos por el Código Alimentario Argentino (CAA) 22.
La pescadilla de red (C. guatucupa) es la segunda especie comercial costera bonaerense en importancia y es una especie frecuentadora de fondo que se alimenta de invertebrados como crustáceos cuando es juvenil y que a medida que crece se hace ictiófaga, alimentándose de anchoíta, surel, anchoa, entre otros79. Los estudios sobre la presencia de elementos traza en músculo de esta especie están limitados a Bahía Samborombón y al estuario de Bahía Blanca61,62,47, con valores menores a los recomendados por el Código Alimentario Argentino (Tabla 4). Otra especie de interés es el pez palo (P. brasiliensis) que es una especie comercial que se exporta principalmente a Australia y que habita la plataforma realizando desplazamientos desde el sur de Brasil9 . No existen estudios de presencia de metales pesados para esta especie en Argentina.

DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES


La acumulación de elementos traza en el músculo de los peces puede variar por factores exógenos asociados al ambiente (los parámetros fisicoquímicos del agua), a las propiedades químicas del elemento analizado (grado y duración de exposición) y por factores endógenos propios de la biología del pez (edad, longitud, peso, el sexo y estado metabólico, el tipo de alimentación, entre otros)2,43. Por ello, es necesario monitorear de manera sistemática no solo a los peces, sino también los niveles de los elementostraza en las matrices ambientales (agua y sedimento) de las zonas de captura.
En general, los niveles de elementos reportados en las aguas superficiales se encuentran de acuerdo con los estándares de calidad para la protección de la biota acuática establecidos por los lineamientos nacionales e internacionales. La biodisponibilidad de los elementos traza en la columna de agua y en los sedimentos está relacionada a diferentes parámetros como el pH, la dureza, la concentración de materia orgánica, la temperatura y la salinidad16. Por ejemplo, se sabe que el As precipita en presencia de Fe durante la mezcla en la interfaz agua dulce-agua de mar49, mientras que valores bajos de salinidad promueven la movilidad del Zn del sedimento al agua76. Sin embargo, es necesario realizar estudios adicionales para comprender cómo los factores ambientales influencian la biodisponibilidad de los elementos traza en los diferentes ambientes dulceacuícolas y marinos.
Por otro lado, la historia evolutiva de las especies es muy importante, además de su bioecología, en la captación y acumulación de elementos traza. Por ejemplo, Rosso et al. 76 encontraron que diferentes especies de peces con historias evolutivas diferentes en un mismo cuerpo de agua poseen valores


Tabla 3:Valores de las concentraciones de As, Cd, Cu, Hg, Pb, y Zn en músculo (mg kg-1) de las especies dulceacuícolas comerciales.





diferentes de elementos traza (arsénico) en sus tejidos. Esto está asociado a las rutas de incorporación de dichos elementos, a su metabolización y también a los diferentes hábitos tróficos de los peces. Los peces depredadores y los iliófagos o detritívoros generalmente presentan valores mayores de elementos traza en músculo que los peces planctófagos y/o herbívoros20,44,52. Esto se debe a que, por ejemplo, para algunos elementos traza los predadores pueden bioacumular más debido a que son un eslabón tope en una trama trófica. En el caso de los iliófagos la incorporación de los elementos traza está asociada al hábito trófico, ya que se captan de la materia orgánica presente en el sedimento que es una matriz ambiental importante para la concentración de elementos.
En los trabajos analizados en esta revisión se evidencia que si bien diferentes autores (Tabla 3 y Tabla 4) han encontraron en las diferentes especies comerciales dulceacuícolas y marino-costeras valores de elementos traza no esenciales en músculo, dichos valores son en su mayoría menores a los recomendados por el Código Alimentario Argentino.
En el caso de los elementos esenciales como Co, Fe, Se y Zn hallados en músculos de especies de peces se obtuvieron altas concentraciones7,11. Si bien estos elementos son esenciales, el consumo de altas concentraciones de los mismos podría causar daños a la salud31,37,66. Por ejemplo, el Se puede influir directamente en la función del miocardio y la respuesta a la lesión66, mientras que la ingesta elevada de Zn puede provocar enfermedades gastrointestinales37. En este sentido, es necesario estudiar la acumulación de estos elementos en las especies de peces y estimar el riesgo potencial para los consumidores. Las concentraciones de Cd, Cu y Zn halladas en el músculo de las especies estudiadas provenientes de los diferentes sitios (Tablas 3 y 4) presentaron valores inferiores a los niveles permisibles para el consumo humano nacionales e internacionales tanto en las especies dulceacuícolas como marinas.
Una de las dificultades que existe para estimar el riesgo que generan la presencia de los elementos traza en peces en el consumo humano es que en Argentina no hay información detallada


Tabla 4:Valores de las concentraciones de As, Cd, Cu, Hg, Pb, y Zn en músculo (µg g-1 peso húmedo) de las especies marino-costeras bonaerenses comerciales.





sobre qué especies se consumen principalmente en cada región del país. En otras palabras, el valor de consumo promedio de pescado a nivel nacional no es adecuado para estimar el riesgo para los diferentes sectores de la sociedad. Esto se debe a que el consumo de pescado es heterogéneo en el país, existiendo áreas donde su consumo (y su composición) es mayor. Por ejemplo en las provincias mesopotámicas, donde el perfil de los consumidores es diferente, ya que las personas asociadas a la actividad pesquera (pescadores y familiares) de esta región consumen una mayor cantidad de pescado que el resto del país. Por esto el cálculo de riesgo de consumo debiera diferenciarse a fin de tomar medidas de alerta temprana en el caso que los niveles de elementos traza sean elevadas en algunas de las especies consumidas.
Por ejemplo, el As es de suma importancia dado su potencial carcinogénico. A partir de los valores máximos de As total en músculo (1,23 μg g-1) en pejerreyes del Río Quequén (provincia de Buenos Aires) se estimó que una persona que consumiera diariamente esta especie incorporará alrededor de 17 μg de As total por día considerando que el consumo de pescado es 13,9 g día-1 de pescado para un adulto de 70 kg78. En el caso de los pejerreyes del Lago Chasicó cuya concentración media de As fue de 0,08 ug g-1 o sea que para tener problemas de salud, considerando estos valores una persona de 60 kg debería consumir más de 0,38-1,9 kg de pejerrey del Lago Chasicó por semana11, lo que es poco probable, excepto para un poblador que habite en la zona y que base su alimentación únicamente en el consumo de esta especie. Por otra parte, se han reportados valores de As total en músculo de bagre de mar Genidens barbus provenientes del Río de la Plata superiores a 23 mg kg-1 en peso húmedo5 . Por otro lado, hay que considerar que estas estimaciones están basadas en valores de As total y no en las especies tóxicas (e.g. As(V) y DMA) que representan menos del 5-10 % de la concentración total de este elemento13. Esto sugiere que deben realizarse nuevos estudios tanto en las especies dulceacuícolas como en las marino-costeras que diferencien las formas tóxicas y no tóxicas de arsénico a fin de brindar cálculos de riesgo más realistas.
Por otra parte, el Panel CONTAM de la EFSA y la JECFA27 (FAO 2010) han establecido para el Hg inorgánico una ingesta semanal tolerable (TWI) de 4 μg kg-1 de peso corporal (pc). Sobre esta base, una persona de 60 kg tendría que consumir más de 0,05 kg de pejerrey del lago Chasicó por semana para obtener problemas de salud93.
Finalmente la EFSA31, ha sugerido que la ingesta máxima recomendada de Pb debe oscilar entre 4,34 y 29,4 μg kg-1 pc por semana. Considerando estos límites y los valores de la Tabla 3, una persona de 60 kg tendría que consumir más de 1,5-9,3 kg de pejerrey del Río de la Plata por semana para tener problemas de salud93. En Argentina, la tasa promedio de consumo de pescado oficial es 0,1-0,2 kg por semana29. Sin embargo, este valor no representa la variabilidad regional existente en el país, desconociéndose los valores de consumo por jurisdicción. Por lo que las poblaciones ribereñas que consumen en su dieta una mayor cantidad de pescado tienen un riesgo de exposición crónica a los elementos traza no esenciales mayor, pudiendo superar los valores límites estimados en los cálculos de riesgo.
Del análisis realizado se desprende que si bien las especies estudiadas son importantes recursos económicos, es limitado el conocimiento, el monitoreo de las poblaciones, y del ambiente en relación a la presencia de elementos traza. Esto se complejiza aún más en el caso de las especies que son migradoras como el sábalo, la boga o las especies marino-costeras que hacen grandes desplazamientos como la corvina, la pescadilla y el pez palo. Por lo que la determinación de los stocks pesqueros de estas especies, el monitoreo sistemático de los ambientes que utilizan, sus rutas migratorias y la inocuidad de sus tejidos respecto a elementos traza es un tema prioritario ya que de esta manera se puede garantizar la calidad de los productos pesqueros tanto para el consumo interno como para los mercados internacionales.
Para desarrollar a futuro este tipo de trabajos sistemáticos se debieran implementar grupos interdisciplinarios entre diferentes instituciones de ciencia y técnica y potenciar estos avances con fuertes vínculos entre el sector académico y gubernamental, para elaborar políticas públicas integrales con una sólida base científico-técnica que no sólo tienda a desarrollar una producción pesquera sustentable sino también que conserve la calidad de los productos pesqueros.

AGRADECIMIENTOS

A la Universidad de Buenos Aires (UBACYT 20020190100069BA), a la ANPCYT (PICT-2019-03888) y al CONICET (CPUE 22920180100047CO) por su apoyo financiero.

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